EL TEMA DE LAS CONSTRUCCIONES EN CAJÓN DE LEBU

COMENTARIO INQUIETANTE

Recientemente se ha difundido en los grupos de WhatsApp de Cajón de Lebu, cierta inquietud acerca de la situación jurídica que nos podría estar afectando, a raíz de una supuesta instrucción de la Contraloría General de la República, recibida por La Municipalidad de Limache, instándola a que cumpla con su papel fiscalizador, respecto de la construcción ilegal de viviendas en nuestro sector. Incluso muchas personas están alarmadas, debido a que alguien en WhatsApp ha dicho que el municipio se hará cargo de exigir que los propietarios regularicen la “permisología” de estas construcciones ilegales, y que de no hacerlo, podrían ser demolidas.

Además, agrega que vivimos en un “sector” rojo, vulnerable, donde podríamos ser afectados por incendios, aluviones, etcétera.

TESTIMONIO

Ante esto, nosotros — varios pobladores que hemos vivido aquí alrededor de diez años — queremos aclarar que  hemos recibido siempre, durante el invierno, los embates de los temporales de viento y lluvia; pero nunca aluviones ya que no hay depósitos de agua que los puedan provocar (represas, ríos, lagos, etcétera); solo agua de lluvia y barro, que nos provoca un aislamiento temporal.

Y, como siempre, las calles de tierra y de construcción irregular, se hacen intransitables, sobre todo en las pendientes, donde el agua busca su curso creando surcos y hondonadas. En algunos casos, el curso natural de las aguas de lluvia ha sido alterado, como consecuencia de la construcción forzada de calles durante el proceso de parcelación y cuando llega el verano, como en cualquier lugar rural, hemos estado expuesto a incendios de pastizales, pero nunca con peligro de acercase a las casas. Además estamos totalmente alejados de zonas forestales. La limpieza y mantención ha sido eficaz y el bosque esclerófilo se ha mantenido protegido.

SITUACIÓN JURÍDICA

Se podrá creer que en nuestra condición de pobladores hemos sido indiferentes ante el tema de regularización legal de nuestras propiedades. Pero no es así. Hay antecedentes que demuestran nuestra inquietud al respecto. El alcalde actual de la comuna de Limache, estuvo, hace algunos años, de visita en el sector invitado por algunos pobladores. Fue una conversación informal, (hizo un comentario jocoso: “…esto parece… una toma legal de terrenos”), donde se conversó acerca de nuestras necesidades como pobladores. Luego de intercambio de impresiones, aconsejó que nos constituyéramos como organismo comunitario para comenzar a analizar el tema legal. También en el año 2017, más de sesenta pobladores firmamos una carta dirigida al Gobernador de la provincia de Marga Marga (actualmente el cargo es “Delegado Presidencial), se la entregamos personalmente, en una reunión, en presencia de otras autoridades, en su oficina en Quilpué (concurrieron 5 personas en representación de los pobladores del sector). (Ver documento AQUÍ y otro relacionado: Minuta)

 
PARCELAS DE AGRADO

El título es el estigma conque tildan a nuestras propiedades, tanto en la prensa como en círculos políticos. Como todo sabemos, no es ningún “agrado” especial vivir aquí; es una zona árida, formada por colinas empinadas y profundas hondonadas. Ni siquiera es una tierra adecuada para explotación agrícola. Es más bien un sacrificio; pero en beneficio de contar con un terreno propio, alejado de las grandes urbes, de la congestión habitacional y los “ghettos “de la capital; lejos de la delincuencia citadina de los barrios y de delincuentes foráneos que han llegado en masa; buscamos estar protegidos ante robos, asaltos, secuestros, portonazos, encerronas… y sin polución, respirando aire puro. Sin embargo, también, en casos excepcionales hemos sido víctimas de la delincuencia que se ha colado en el sector. Hemos construido nuestras viviendas cada uno acorde con sus posibilidades e incluso, trabajando directamente, con nuestras manos. ¿Qué también hemos instalado piscinas? ¡Por supuesto! ¿Quién no quisiera tener una piscina en su casa, aunque sea pequeña? Ese detalle no sirve para que nos tachen de personas adineradas, aprovechadoras que construyen sus “segundas viviendas”, eludiendo el pago de impuestos y derechos… Al contrario, la gran mayoría hemos podido comprar gracias a los bajos precios y, sobre todo, mediante el crédito directo otorgado por la empresa inmobiliaria (algo imposible de conseguir a travez de los bancos)..